Gaeta
Gaeta: Descubre su historia y tradiciones
El descubrimiento de Gaeta comienza inmerso en el animado ambiente de una típica pastelería napolitana en Via Indipendenza, una calle peatonal salpicada de tiendas de artesanía local, acogedores bares y puestos de frutas y verduras regentados por mujeres locales.
Después de este delicioso desayuno, nos dirigimos hacia la evocadora Montagna Spaccata, conocida por sus tres grietas que la convierten en un lugar de culto y peregrinación muy popular, especialmente por los emigrantes gaetanos que regresan aquí durante el verano para reconectarse con sus raíces. Bajando los 35 escalones del Santuario de la Santísima Trinidad, se encuentra la Capilla del Crucifijo, destino de numerosas peregrinaciones, donde se puede admirar la huella de una mano y una inscripción en latín grabada en la pared de la roca, vinculada a la historia de un marinero turco escéptico sobre los orígenes sagrados de las grietas de la montaña.
Para el almuerzo, nos deleitamos con la degustación de la típica «tiella», un sabroso pastel con dos láminas rellenas de pulpo, anchoas, escarola, aceitunas Gaeta, bacalao, cebolla y calabacín, un plato típico de los pescadores que acompañaba sus largas travesías oceánicas y que todavía representa un símbolo de la gastronomía local. Incluso en Sète, Francia, la «tiella» se ha convertido en un plato famoso gracias a los emigrantes de Gaeta.
Explorando la Gaeta medieval
Por la tarde, nos sumergimos en la historia medieval de Gaeta visitando el Santuario de la S.S. Annunziata y la famosa «Capilla de Oro», con sus decoraciones de madera finamente trabajadas cubiertas de oro puro. Continuamos la visita a la Catedral, una de las muchas iglesias de Gaeta, y al evocador Templo de San Francisco, desde el que se puede disfrutar de una vista impresionante de la ciudad y el mar.
La ruta continúa con un paseo por el paseo marítimo que lleva el nombre de Giovanni Caboto, un famoso navegante nacido en Gaeta que descubrió Canadá. Finalmente, para finalizar este día inolvidable, nos dirigimos a un restaurante junto al mar donde nos espera una cena llena de sabores únicos, con sopas de pescado preparadas con variedades locales como «tracine», «cabracho», «sconcigli», «caracoles», acompañados de almejas, mejillones, almejas, pulpo, sepia, calamares, langostinos y gambas.