Del 23 al 25 de mayo de 2025 regresa la histórica Fiesta de la Bandera de Morano Calabro, entre batallas medievales, tradiciones locales y una recreación que da nueva vida a la historia del pueblo.
En el corazón del Parque Nacional del Pollino, Morano Calabro, en la provincia de Cosenza, se distingue entre “Los burgos más bonitos de Italia” por su encanto medieval, conservando aún hoy las ruinas del Castillo Normando-Suevo, símbolo de su historia de resistencia. Entre los tesoros artísticos destacan la iglesia de los Santos Pedro y Pablo, con obras de Pietro Bernini, y la iglesia de la Magdalena, que guarda obras maestras de Bartolomeo Vivarini y Antonello Gagini.
Del 23 al 25 de mayo de 2025, Morano Calabro celebra la Fiesta de la Bandera, una recreación histórica que lleva al pueblo atrás en el tiempo. Este evento conmemora la batalla de Petrafocu de 1096, en la que Morano logró rechazar las incursiones sarracenas. El punto culminante de la fiesta es la representación de la “Decapitación del Moro”, episodio que inspiró el escudo municipal. Durante las celebraciones, el pueblo se anima con desfiles en trajes de época, exhibiciones de abanderados, duelos medievales y momentos solemnes dedicados a San Bernardino de Siena, patrón de la ciudad. El corazón de la recreación es el Castillo, donde tiene lugar el rito de entrega de la “Bandera Real”, símbolo de libertad y victoria.
Este evento es una ocasión única para sumergirse en una atmósfera de otros tiempos, paseando entre escenarios medievales y degustando los sabores auténticos de la tradición local. Entre los platos típicos que no hay que perderse están los cavateddri y los rascateddri (tipos particulares de pasta), las lagane con legumbres, los embutidos artesanales y el Moretto del Pollino, un queso de sabor intenso. Tras asistir a la recreación, vale la pena explorar el Museo de Historia de la Agricultura y el Pastoreo para descubrir las antiguas tradiciones campesinas del territorio. Para una experiencia aún más completa, el viaje a Morano puede concluirse con una excursión en el Parque Nacional del Pollino, entre senderos panorámicos y bosques centenarios, en busca de la Loricanda, una rara variedad de lavanda que crece solo en esta zona.